Ya, ya me he desperezado del verano. Me ha costado quitarme esa fina pero resistente capa de pereza que te cubre del 1 de julio al 15 de septiembre. Esas irrefrenables ganas de no hacer nada, ese dolce far niente, se la couler douce… o más bien hacer cosas que sabes que no puedes hacer los otros nueve meses del año. Sigue leyendo